lunes, 12 de octubre de 2009

ADIOS NEGRA ADIOS


El 4 de octubre su corazón dejó de latir y se calló para siempre la mejor voz de Latinoamérica. Desde este blog la queremos homenajear reeditando el último reportaje que me concedió, donde por primera vez habló sobre el enojo que tenía guardado con los tucumanos por haber votado a Bussi y sobre la reindivicacion social que significó para ella cantar en la plaza Independencia . Sus vecinos todavía la esperan y León Gieco la recuerda emocionado en un conmovedor reportaje.

Por CARLOS QUIROGA
Fotos: FERNANDO FONT

Suelo del TucumánDonde ha pasado mi vida...Ausente, soñaba,Ay, mi paloma, volver un dia!He querido volverSolo para cantar
Canciones queridas,Ay, mi paloma, toda la vida!...
Con esa estrofa de la zamba del Regreso, Mercedes Sosa abrió el recital ante más de 20 mil personas en la plaza Independencia. Y una mezcla de sensaciones se confundieron en Mercedes Sosa, que después de cinco años de ausencia regresaba a Tucumán.
“. Es la primera vez que Tucumán me recibe .con este amor tan grande. Me emocionó cantar en la plaza Independencia que era el lugar de encuentro para las jóvenes selectas en mi época. Nosotros los pobres no invadíamos los domingos la plaza Independencia.. Durante este recital sentí que había triunfado en Tucumán y ese triunfo tiene un sabor muy particular. Le agradezco a Dios estar sana de la garganta y poder haber brindado este recital”, me confesó Mercedes Sosa apenas se despertó la mañana siguiente al espectáculo, el 21 de diciembre del 2005..
La Negra, como la llaman todos no volvía a la provincia desde el 2001 que había venido a visitar la tumba de su madre en el cementerio del Norte. Su larga enfermedad se lo impidió y la gestión para la vuelta se concretó en la producción de la tapa de los personajes del año, cuando el gobernador José Alperovich la invitó para homenajearla. “Yo al verdad no lo pensé mucho y acepte casi de inmediato”, admitió entusiasmada.
La voz de Mercedes Sosa estaba intacta y el público bailaba y aplaudía al son de sus canciones y no podía creer que después de su prolongada ausencia de los escenarios sonará tan bien. Sus 70 años, ni las vértebras rotas de su cadera fueron impedimentos para que La Negra ofreciera lo mejor de sí. En un momento dado desafió sus fuerzas y se levantó del sillón, con almohadones que se había colocado en el escenario para bailar el último tema “Luna Llena” y desmotar que había Mercedes Sosa para rato. “Me sentí muy sola durante mi enfermedad, pero nunca se me cruzó por la cabeza que podía perder la voz. No podría vivir sin cantar, usted lo ha visto anoche. Yo amo cantar. El cantar es lo que mantiene viva”,. Y no hay dudas que es así, porque durante la hora y media que duró el show, se la vio feliz.

UNA DEUDA IMPERDONABLE


No fueron todas rosas el reencuentro de Mercedes Sosa con sus comprovincianos y en la soledad de la habitación del hotel la cantante me confeso sin pelos en la lengua: “Jamás voy a poder perdonar a los tucumanos por haber votado a Bussi. Durante el gobierno de Bussi yo venía en secreto a ver a mi mamá. Nadie lo sabía porque yo no quería que me vieran. Yo no salía para no ofender a nadie. Yo creo que con Bussi hemos cometido dos veces el mismo error. (cuando lo votaron para gobernador e intendente). El pueblo debe saber que la única manera de cambiar y mejorar es sabiendo votar y que allí en el cuarto oscuro nadie los ve”.
- ¿Por qué ese odio tan fuerte contra Bussi?
- Yo a Bussi no lo odio, pero lo condenó por las atrocidades que hizo durante el gobierno de facto y que están reflejadas en el informe de la comisión bicameral (una especie de Nunca Más de lo que sucedió en Tucumán en al década del 70). Además hay que agregar que Bussi tampoco ha hecho nada como gobernante para levantar a Tucumán.
- ¿Por eso anoche se puso el pañuelo blanco cuando terminó el recital?
Sí, Anoche en el recital mientras cantaba se me vinieron a la memoria todas las atrocidades que había cometido Bussi y que yo había leído en el informe de la bicameral. Todos esos sentimientos se me juntaron y fue muy fuerte.
- ¿Aunque usted no lo crea, Bussi en el último reportaje que me concedió me dijo que era un gran admirador suyo y que tenía todos sus compact y que a decir verdad no entendía porque usted no lo quería?
- Dígale que lea el informe de la bicameral y el va a saber porque yo estoy enojada con él. Yo no tengo odios personales con los gobernantes.

LAS MANOS DE MI MADRE


Otro trago amargo que Mercedes Sosa tuvo que digerir durante su paso por Tucumán, fue la muerte de su madre. “La noche que llegué fue muy duro para mí. Porque estar en Tucumán y no tenerla a mi madre( se quiebra y llora) fue terriblemente duro, porque nunca se termina de aceptar la muerte de los padres y menos de los padres que han sido buenos. Por eso cuando llegué me empezó a doler el estómago. Eran los nervios. Nunca me había pasado eso. Me acorde de toda mi familia estos días. Mi mamá siempre me decía Marta no hables mucho. Mi mamá me tenía cortita en ese sentido. Yo nunca fui una figura famosa para ella, pero mi mamá estaba orgullosa de mí. La mayor satisfacción que le di fue cantar ante el Papa”.
Por eso La Negra, espero ofrecer el espectáculo y recién acudir al mausoleo en el cementerio Norte para homenajearla: “Si va antes se quiebra entera y no canta”, deslizó uno de sus más íntimos colaboradores.
“Durante mi exilio mi mamá constantemente se quejaba porque no le escribía y yo no le podía hacer entender que para un artista es muy difícil ir al correo a dejarle la carta. Eso fue lo peor de mi exilio, recuerdo que no tenía a nadie y el único aliciente que me llegaban eran las cartas de mi mamá. Recuerdo que una vez me escribió una carta que me tocó el corazón, donde decía yo te admiro mucho hija, pero no me dejes de escribir. Y a partir de entonces nunca más le deje de escribir. Luego las distancias se fueron acortando con el teléfono y después de cada recital, siempre la llamaba. Pero como te dije antes nunca voy a terminar de aceptar la muerte de i madre”.
La Negra se quiebra y rompe el llanto. Le acercan un pañuelo y un vaso de agua. Traga despacio, porque sabe que ha llegado el momento de ir al cementerio a verla y rendirle homenaje a doña Ema, esa madre que se sacrificó y dió todo para que ella llegará”

SIN PELOS EN LA LENGUA




  • “Me siento amiga de Cristina Kirchner porque ha tenido conmigo muchas atenciones. El día que Menem renunció al ballotage, vino Cristina a visitarme y cuando le pregunté que quería tomar, me dijo que ella solamente tomaba mate cocido. Ese gesto me conmovió, porque sentí que por fin se había ido la frivolidad”
    “Me he sentido mal cuando hemos caído en el default. Me he sentido bien cuando el Presidente anunció que íbamos a apagar la deuda externa. Me voy a sentir mejor cuando haya trabajo para los pobres. Yo tengo una gran compasión por los seres que han nacido en la pobreza.”

  • “Creo que ya hemos pasado los tiempos de la frivolidad, porque verla a Cristina con Sabato en la casa de gobierno fue algo para mí extraordinario. Creo que a partir de ahí me empecé a curar y a aceptar que tenía que aguantar este dolor para poder comunicarme con la gente

EL BARRIO TODAVIA LA ESPERA


La muerte de Mercedes Sosa, sirvió para que erradique algunos preconceptos equivocados que me había formado de ella, quizás porque vivo en el mismo barrio que la vio nacer a metros de la que fue su casa, en el pasaje del Corro 344, y como bien dice la cita bíblica “Nadie es profeta en su tierra”. Sus vecinos de entonces siempre le reprocharon que jamás haya regresado al barrio, inclusive muchas veces se ilusionaron que hospedada en el Gran Hotel, justo a la vuelta de lo que fue su casa, se hiciera una escapada para reencontrase con los viejos afectos, pero la Marta, como la llamaban todos, nunca llegó y muchos como Vicente Arias partieron a la otra vida con la ilusión frustrada de ese reencuentro. En una de las tantas oportunidades que la revista GENTE me encargó entrevistarla, llevé el afecto caluroso de toda la barriada, pero su memoria frágil y endeble le impidió recordar a esos compañeros de infancia, que la que la vivan con entusiasmo en el parque de Grandes Espectáculos, cuando Mercedes Sosa recién empezaba con el sobrenombre de Gladys Osorio. Esa vez había ido con la idea de proponerle que regresará al barrio para que hagamos una gran nota, pero la falta de entusiasmo por recordar a esos amigos de la infancia hizo que claudicará en mi objetivo, aunque doña Ema, su mamá, hacía esfuerzos denodados por recordarle a esa gente con que se había criado, pero ella nada apenas recordaba a doña Transito que le fiaba en el almacén. Con el tiempo entendí que Mercedes Sosa había preferido borrar de su memoria esa época de su vida y en el último reportaje que me concedió en el hotel Tucumán Center en diciembre del 2005 comencé finalmente a comprenderla cuando me contó emocionada lo que significó para ella cantar esa noche en la plaza Independencia:
“Me emocionó cantar en la plaza Independencia que era el lugar de encuentro para las jóvenes selectas en mi época. Esa plaza que hoy me cobija me fue renuente durante mi época de niña pobre, porque los domingos a la tarde solo estaba reservada para las niñas ricas y sus novios. Nosotras, las chicas pobres no podíamos ni asomar por ahí. Durante este recital sentí que había triunfado en Tucumán y ese triunfo tiene un sabor muy particular para mí”. Después de esa confesión dolorosa pero reivindicatoria de ese pasado que durante muchos años había preferido olvidar sentí que la vuelta al barrio estaba más cerca, pero lamentablemente el tiempo y sus pocas visitas al Jardín de la República hicieron que la vuelta nunca se concretará.

EL RECUERDO DE LEON GIECO


“No quise hacer notas antes del recital , porque si hablaba de Mercedes me quebraba y ella siempre me decía que no era bueno llorar antes de subir al escenario, así que preferí seguir su consejo y por eso te hice esperar”, ensaya León Greco como disculpa y por fin después de una larga y emotiva jornada se permite deshogarse y hablar de esa amiga entrañable, que según él fue un poco madre y también novia, si se quiere, pero sobre toda las cosas, fue la cantante más grandes de todos los tiempos.
-¿Qué cosa tiene el destino que la muerte de la Negra te haya sorprendido en Tucumán?-
-La verdad…. Yo hable hoy con Fabián el hijo de Mercedes y me dijo una cosa que me hizo llorar mucho. A lo mejor mi mamá decidió ponerte hoy en Tucumán. A mí me tocó vivir una actuación especial, porque que quizás si yo hoy hubiera tocado con mi banda lo hubiese suspendido, pero hoy tocaba en sus pagos con Mundo Alas (un grupo de chicos discapacitados con los que filmó la película del mismo nombre), es un estímulo de vida, un grupo que expande mucha espiritualidad, entonces decidimos hacer el recital y ofrecérselo en homenaje a Mercedes.
-Me imagino que desde que te enteraste que Mercedes entró en coma se te vinieron muchos recuerdos a la cabeza?-
- Y Sí. Mi primeros recuerdos de Mercedes se remontan a cuando era un pibe que la admiraba y compraba la revista Folklore cuando ella junto a Tejada Gómez, Tito Francia y Víctor Heredia firman un manifiesto que fue el inicio de la nueva canción social. Luego tuve la suerte de conocerlo personalmente en el año 82 cuando vino del exilio y desde ese momento no nos separamos más.
- ¿Podríamos decir que ella fue un poco la madre artística de León Greco?
-Y en muchos aspectos sí. Ella fue la primera que me llevó a cantar a Cosquín y después a Europa. Me acuerdo que la primera vez que canté en el viejo Continente, en Bélgica, yo tenía solo que cantar la última estrofa de solo le pido a Dios y cuando llega el momento como consecuencia de los nervios me la olvido y Mercedes siguió cantando, pero cuando terminó le dijo que iba a cantar otra vez la canción para que yo pudiera cantar. Eso solo lo hace una grande.
- ¿Qué lección no?
-Sí, la verdad. Yo muchas veces me ponía muy nervioso cuando mis músicos se equivocaban, pero a partir de ahí nunca más me puse nervioso y aprendí a controlar la ansiedad en el escenario.
-¿Cuánta generosidad para un artista que recién comenzaba no?
- Ella siempre extremadamente generosa. Todavía tengo presente que después de invitarme a tocar a Cosquín, quiso pagarme la actuación, cuando yo debería haberle pagado por haber subido al escenario con ella. Ella siempre fue muy dadivosa con los músicos, con los amigos, ella era la que elegía los temas nuestros y vaya orgullo, porque nosotros sabíamos que una vez que la negra se decidía a cantar un tema nuestro, ese tema volvía con muchos más aplausos de lo que nosotros le pudiéramos sacar. A mí me canto muchas canciones, pero yo siempre la trajinaba y le decía que su hijo predilecto era Victor Heredia, porque fue al que más temas le cantó.
-¿Qué significó Mercedes Sosa en la vida de León Greco?
-Mercedes fue para mí, una madre, una hermana, una amiga y yo siempre la cargaba y le decía que era un poco novia. Yo a Mercedes Sosa no le puedo pedir nada, porque ella me lo dio todo. Y precisamente ella fue la primera cantante internacional que grabó Sólo le pido a Dios. Además ella fue un icono de la democracia.
-¿Cómo es eso león?
- Cuando ella regreso en el 82, cuando a la Argentina la gobernaba Galtieri, sentimos que si ella volvía, era porque la democracia estaba volviendo. Ella tenía la canción social en las venas.
-A Pesar de sus enfermedades Mercedes nunca quiso dejar de cantar. ¿Por qué?
- Porque su vida era la canción, y estar subida encima del escenario. Hace tiempo que venía mal, pero a pesar de esos achaques quería cantar. Le decía a Fabían, conseguiré un telón y cuando se abre yo estoy sentada en el escenario. No podía caminar, pero quería estar en el escenario. Eso si loco que es dignidad.
- ¿Por qué no participaste de las exequias en el congreso?
-Porque su muerte me hizo acordar mucho a la muerte de mi mamá y estoy seguro que si ella me pudiera hablar por teléfono me diría León seguí tocando, así que mañana voy a cantar en Catamarca. Cuando enterré a mi mamá, al día siguiente fui a tocar a Córdoba y seguro la negra aprobaría mi proceder.

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