jueves, 19 de noviembre de 2009

LA GUERRA POR EL AGUA


El conflicto tantas veces anunciado ya se instaló en Argentina. Los nervios exasperados de los vecinos de Salsipuedes por la prolongada sequía obligaron al intendente de la localidad cordobesa a custodiar los camiones repartidores de agua con la policía. El dramático testimonio de los que viven sin agua. Y el pronóstico sombrío de un futuro desértico, que amenaza con alterar la paz social.

Por CARLOS QUIROGA
Fotos: JORGE SEGOVIA

“El cuarenta por ciento de la población está ya sin agua y si no llueve con intensidad en los próximos días corremos el riesgo que la paz social se altere”. La confesión que parece sacada de una película de ciencia ficción, la hizo. Sergio Cornejo, intendente de Salsipuedes, que alarmado por los nervios exasperados de los vecinos que gobierna debió recurrir a la policía para que custodie los camiones repartidores de agua.
El mal humor de los 12 mil habitantes que habitan la localidad serrana, ubicada a 36 kilómetros al norte de la capital cordobesa, es consecuencia de la prolongada sequía que en menos de siete meses ha secado seis de los treces pozos que tiene el municipio para el aprovisionamiento de agua, hoy solo quedan seis en funcionamiento y si las precipitaciones no se suceden en menos de siete días corren el riesgo de quedarse definitivamente sin una gota de agua. “El camino por recorrer de aquí en más es bastante estrecho- se sincera el intendente que asegura estar librando una batalla contra reloj- hoy la única opción que avizoro es trasladar agua de pueblos vecinos, pero hasta en eso estamos limitados por los pocos camiones cisternas que tenemos. Y para colmo de males los pueblos aledaños que nos podrían ayudar también se están quedando sin agua. De hecho ya estamos trayendo agua del dique La Quebrada y comprando bidones de agua, que repartimos entre las familias más vulnerables económicamente a los efectos de prevenir enfermedades que se puedan suceder, como la hepatitis. De proseguir la sequía, hemos contemplado la posibilidad de poner puntos estratégicos en la ciudad donde la gente pueda acudir a cargar en forma limitada agua”.

ACTIVIDADES LIMITADAS


En una recorrida que realizamos por los pocos pozos que todavía tienen agua, sorprendimos a Cristian Encalada, en una camioneta cargando agua en un bidón de 50 litros:”Tuve que venir hasta acá porque los camiones de la municipalidad no dan abasto y tengo que llevar agua a mi familia”, dice mientras busca la mirada cómplice de una niña que lo acompaña.
Daniel Degano, Secretario de Planeamiento y Desarrollo Municipal teme que de proseguir la sequía no falten los aprovechadores que salgan a saquear agua de los pocos pozos que quedan para después venderla, así que no descarta en los próximos días poner custodia policial a los fines de evitar que la situación se agrave aún más
Las escuelas de Salsipuedes también viven la emergencia y las autoridades no descartan dar por terminado el período lectivo si las lluvias no llegan. Los talleres culturales de la municipalidad ya se han suspendido e inclusive el baño público de la Terminal se ha clausurado por tiempo indefinido.
A los fines de controlar el derroche de agua, la Municipalidad ha puesto en marcha diversos operativos a los fines de racionalizar su uso que conllevan severas multas a aquellos que utilicen el agua para llenar piletas de natación, lavar autos y no controlar las pérdidas domiciliarias que se puedan producir.”Para salir delante de esta crisis es necesario la solidaridad de todos- puntualiza el intendente- .

COMO ES VIVIR SIN AGUA



Entre los barrios más afectados por la falta de agua, está Cerro del Sol, donde desde hace 15 días los vecinos sobrellevan como pueden las incomodidades que genera no tener agua. Mario Vega sostiene que desde que comenzó la crisis hídrica se olvido de lo que es tomar mate cebado, porque hacerlo sería derrochar agua y asegura que su señora sola la usa en cuenta gotas para cocinar. “Por estos días me he tenido que ir bañar a otra barrio, porque la poco agua que tenemos es para consumir o para que se higienicen los chicos. Y si la situación se prolonga no descarto ir hasta Arguella (ubicado a 24 kilómetros) a la casa de mi mamá a buscar agua. Sus hijos Soledad (15), Verónica (14) y Franco (11) no dudan en señalar que lo que más le cuesta aceptar es la poco agua que cuentan para higienizarse.
Beatriz Cueva sostiene que “la sequía ha servido para que expriman al máximo cada gota de agua y como quien dice hemos aprendido a reciclarla. Muestra un balde con agua sucia, que luego ocupara para regar las plantas exhaustas por el intenso calor
“Lo que más sufro es no poder lavar con abundante agua la cocina y el baño como lo hacía antes. Eso me deprime, porque por más esmero que ponga para darme maña, siempre tengo la impresión que no está lo suficientemente limpio”.
Su hija Valentina sostiene que cada vez se hace más difícil vivir sin agua:” Ahora tengo que juntar de a puchos el agua para aprovecharla. La que uso para lavarme los dientes la dejo en la pileta y luego la saco para usarla en el inodoro. Y ahora que viene el dengue me preocupa mucho tener agua estancada, pero hasta que no llueva no nos queda otra”.

CARLOS PAZ

Los espejos de agua que caracterizaron a Carlos Paz fueron evaporados por la prolongada sequía y hoy en su lugar sobresalen inmensos lodazales que sorprenden y horrorizan al desprevenido visitante acostumbrado a contemplar deportes náuticos y pescadores en ríos caudalosos y diques profundos. “Ya nada es lo que fue”, sostiene un habitué de la villa que duda en hacer la reserva para la temporada entrante y mira con preocupación los carteles de Alerta roja que se expanden en la ciudad como consecuencia de la crisis hídrica.
Juan Carlos Sola subgerente general de operaciones de Cooperativa integral, encargada de suministrar agua potable a la villa, es el encargado de explicar con números y datos el desolador paisaje: “El caudal normal del río hoy debería estar entre 4000 y 9000 litros por segundo y está trayendo 250 litros, estamos muy por debajo de lo normal, por lo que se nos hace muy difícil atender la demanda de toda la zona de prestaciones”.
¿Y . según sus proyecciones, de no haber precipitaciones hasta cuando tendrían agua?: “El descenso promedio es de de 10 litros por día, por lo consiguiente sólo tenemos agua para 25 días más. Hoy estamos en alerta roja, por lo que el uso del agua queda limitado solo a consumo humano, por lo que hemos eliminado todos los usos que no sean vitales para la vida de las personas, como riego de parques y jardines, llenados de pileta de natación, lavado de automóviles y lavados de veredas. Los que intrigan la norma son sancionados desde un apercibimiento hasta el corte del servicio en casos de reincidencia”.

PELIGRA LA TEMPORADA


La medida encendió la luz de alarma en los lavaderos de autos, muchos de los cuales cerraron sus puertas, aunque en los últimos días se los autorizo a seguir funcionando siempre cuando usen agua del río sin potabilizar: “La verdad es que la situación no vario mucho con esa medida, nosotros seguimos varados sin poder trabajar y hace 15 días que no podemos llevar plata a nuestros hogares”, sostiene un lavacoche que prefiere mantener su identidad en reserva.
Otros de los que se quejan por la falta de agua, son los pescadores que se arriman al dique San roque: “Desde que se profundizo la sequía se nos hace difícil pescar, porque los pescados buscan aguas más profundas. Yo antes en una tarde venía y sacaba 15 pejerrey, ahora si saco uno me debo dar por bien satisfecho”, afirma Patricio Galíndez.
Sin embargo el futuro no se presenta tan negro como parece y Juan Carlos Sola confía que para los próximos días habrá precipitaciones que ayudarán a compensar el déficit hídrico que tiene la villa (que hoy ronda los 200 milímetros) : “No cree que la sequía se prolongue por mucho más, sería una anormalidad de la naturaleza que no lloviera en el mes de diciembre, por lo que estoy convencido que los turistas podrán a gozar a pleno del verano de Carlos Paz.
No solo Sola confía que las lluvias lleguen, los hoteleros, como José Luis Arco, encargado del hotel Ruca miran esperanzados los negros nubarrones y depositan sus esperanzas para que la temporada entrante sea un veranito pasado por agua.

"DE SEGUIR LA SEQUIA IMPORTAREMOS ASADO"














En enero pasado los productores santafesinos habían dado su grito de alerta, cuando la escasez de lluvias se les llevo 300 mil cabezas de ganado y evaporo de la faz de la tierra sus cosechas de maíz y girasol. Hoy la falta de agua los vuelve a poner entre las cuerdas.

Por CARLOS QUIROGA
Fotos JORGE SEGOVIA
Condenados a una muerte lenta y dolorosa los productos ganaderos y agrícolas de los departamentos 9 de julio, Vera y General Obligado al norte de Santa Fe soportan estoicamente las intensas temperaturas que promedian los 40 grados y miran al cielo clamando por agua, después de un año y medio sin lluvias. Ya vieron como la sequía se llevo 300 mil cabezas de ganado y como la cosecha del maíz y el girasol fue inexistente, ahora ruegan porque una nube gris se descargue sobre sus tierras resacas para poder salvar la cosecha de la soja y para que crezca el escaso pasto que queda antes que llegue el invierno para que el poco ganado que queda en pie levante de peso y no se siga muriendo: “Si no tenemos precipitaciones considerables hasta marzo nos fundimos”, sostiene , Nelvar Raffin, productor ganadero e integrante del Consejo de Confederaciones de Asociaciones Rurales de Santa Fe. El agua no sólo ha comenzado a faltar para los animales, sino también para el consumo humano, en pueblos como Intiyaco, Garabato, las autoridades tienen que recurrir a camiones cisternas que vienen de Reconquista para abastecer a la población porque las represas están completamente secas, los peces que supieron habitar esas aguas están extinción, al igual que los yacarés, carpinchos y nutrias. Hoy en estas latitudes reinan los caranchos que engordan considerablemente y dejan la osamenta como prueba de su voracidad. “Para colmo de males los pronósticos no son para nada alentadores, el vaticinio para este año es que la Niña se profundiza y como consecuencia del enfriamiento del océano Pacífico va a haber más sequía”, afirma Raffin.

GANADO EXHAUSTO


No hace falta recorrer mucho para palpar la desesperación de los agricultores y los ganaderos, con solo salir de Reconquista y transitar por los caminos vecinos se puede comprobar los desastres que ha hecho la sequía durante el último año. Por la ruta provincial número 11 abundan los caranchos, los animales flacos, los pastos amarillentos y los girasoles quemados por el abrasador sol que castiga sin piedad en medio de un cielo completamente diáfano. “Hoy lo poco que tenemos para vender son animales en mal estado, flacos, desnutridos, faltos de masa corporal, eso se llaman animales conservas que sirven para hacer alimentos enlatados como el cornebif y las hamburguesas. Pero no siempre fue así, acá nos caracterizamos por tener los mejores novillos de exportación, pero ante la falta de agua y de pasto para hacerlos engordar esos novillos terminarán siendo destinados para conservas- afirma desconsolado Omar Stacul, miembro de la sociedad Rural de Reconquista. Ahora lo único que pretendemos es mantenerlos en pie. Un animal adulto que debería pesar 400 kilos hoy está en 310 kilos”
“Para colmo de males la falta de lluvia hizo que el pasto no creciera y lo poco que logró sobrevivir terminó siendo devorado por una plaga de langosta. Muchos productores se vieron obligados a darle la caña de azúcar que habían desechados los ingenios para alimentarlos. Se nos viene el invierno y no tenemos pasto y esto va contribuir para que crezca la sobreoferta de ganado y nos sigan pagando precios míseros, porque hay que desocupar los campos ante la falta de pastura. No falta mucho para que empecemos a importar asado”, afirma Nelvar Raffin. ¿Por qué dice eso?: “Porque cuando vendemos una vaca estamos vendiendo también la fabrica de terneros o sea que nosotros nos estamos comiendo el futuro en materia de ganadería. La faena de hembra para que el ganado se mantenga estable tiene que estar en 40 %, hoy ya estamos en el 50 % y si seguimos así no va a pasar mucho tiempo para que empecemos a importar carne para abastecer el consumo nacional. Ahora nos quejamos de lo que vale la carne, sabe lo que va a costar cuando la tengamos que traer de afuera. Así que aproveche y deguste los últimos asados, que no lo va a comer más”.

DE VERENGEL A DESIERTO

Las represas de los pueblos como Intiyaco están completamente secas, los pocos peces que había están muertos y la mayoría de la población sobrevive con el agua que le taren los camiones cisternas, en muchas familias esa agua apenas alcanza para cocinar y tomar. Los ríos y las aguadas están secos. Así que hubo productores que han decidido realizar excavaciones para poder sacar agua y acopiarlas en lagunas artificiales. “Pero para encontrar agua hay que cavar profundo. Para colmo el agua que se consigue es salada y a los animales no le gusta mucho, así que por lo general lo que hacemos es mezclarla, pero las vacas prefieren tomar la de lluvia, por eso a veces toman casi del barro- ver fotos. En las napas no hay casi agua están secas”, afirma José Gracian ¿Qué sienten cuando se le muere un animal?, una tremenda tristeza e impotencia, porque en ese animal hemos depositado nuestros años. Lo hemos querido mejorar y la crudeza de la naturaleza se ha encargado de llevarlo. Ni hablemos cuando se trata de una vaca preñada. Nosotros amamos a nuestros animales- afirma Miguel Vera, mientras contempla desolado la oveja muerta en Las Leonas. Lo único que nos queda es rezar para que el de arriba se apiade de nosotros”.

COSECHA AMARGA



Héctor Braidot presidente de la Unión Agrícola de Avellaneda sostiene que la situación en el sector agrícola por la falta de lluvia es igual de acuciante que en el sector ganadería: “Estamos terminando la campaña de cosecha de girasol, en la cual el rindex por hectárea que solía ser de 1.700 kilos, hoy no superan los 500 kilos, por lo que las pérdidas son completas, ya que para saldar los costos de cosecha necesitábamos tener un rindex de 1.200 por hectárea. Lo que coloca a muchos productores en una situación muy comprometida, porque hay muchos que no han podido todavía cancelar los insumos que ocuparon para sembrar y la sequía hoy los ha puesto al borde del quebranto. Ahora muchos para rotar la tierra han comenzado a sembrar soja y son conscientes que han apostado a una ruleta rusa, porque la humedad que hay en la tierra es insuficiente y si no llueve fuerte hasta marzo van a perder todo. Hay en zonas que la soja directamente se ha secado.”
“El año pasado el rindex de la soja no supero los 300 kilos por hectárea, cuando lo normal tendría que rondar los 1.800 kilos. sostiene Froilan Mascheroni (pelao con el girasol). La seca quemó el girasol, que es tres veces más chico de lo que debería ser.. el maíz se perdió todo. El que no tiene máquina directamente no cosecha, porque no puede pagar el servicio “
“Dentro de la cooperativa tenemos productores que no han podido sembrar nada durante el último año por la sequía- afirma Braidot. Acá para que se pueda sembrar necesitamos que anualmente llueva alrededor de 1.300 miliimetros y hay zonas en la que ha llovido apenas 300 y en la que más ha llovido no superan los 500 milímetros. El trigo también les jugó una mala pasada, ya que el rindexx por hectárea estuvo en los 800 kilos, cuando lo habitual son 1.800 kilos. Acá el clima no nos da descanso, solo nos queda rezar. El maíz prácticamente no se sembró y los pocos que han podido hacerlo no han cosechado absolutamente nada”.
Acá- según Nelvar Raffin- no hay grandes terratenientes como define la presidenta a los productores, acá la actividad está en manos de pequeños productores, que no tenemos para solventar una pérdida más. Un productor de 200 hectáreas no puede aguantar dos sequías seguidas, se funde. Y los que queden en el campo van hacer economía de guerra y no van a invertir en tecnología ni fertilizantes, por lo que las próximas cosechas serán pobres en producción”. .
“Hoy desde la cooperativa en vez de ayudarlos para que compren insumos y puedan sembrar, estamos asistiendo a muchos productores con vales de comida para que puedan vivir- comenta Braidot..
Ya hay muchos productores que han perdido todo y han comenzado a emigrar a ciudades más grande, eso se ve en las escuelas que de a poco van quedado vacías ante la falta de jóvenes que quieran seguir trabajando la tierra y como consecuencia de ello las ciudades de Reconquista Y Avellaneda han crecido notablemente por la emigración de la gente de campo .”Hoy hay muchos que en la próxima cosecha se jugarán lo último que tienen porque no se resignan a perder todo. Irse con las manos vacías es la peor humillación para un hombre de campo. El productor sabe que si sale del negocio no va a poder volver nunca más”- afirma Braidot.
“Hoy la única manera de salvarnos -coinciden Raffin y Braidot- es que se eliminen las retenciones por completo, con la disminución al trigo y al maíz no alcanza. No queremos que la eliminen para comprar tractores ni maquinarias agrícolas, queremos que lo hagan para que los productores podamos sobrevivir. Llegó el momento que el país le devuelva a los productores la mano que le dimos para que saliera adelante. El gobierno tiene que suprimir las retenciones para que pueda ser rentable la producción agropecuaria y abrir las exportaciones para que el sector del campo pueda salir adelante. Acá lo que necesitamos es recuperar el aparato productivo..
¿Vuelven los cortes de rutas? : “Nosotros no estamos convencidos que los cortes rutas sean necesarios, porque la mayor parte de los argentinos sabe de la dramática situación que estamos atravesando y si nosotros cortamos rutas le vamos a estar añadiendo un problema más, lo que si vamos a hacer son movilizaciones para que el resto tome de conciencia de lo que estamos viviendo. Pero debo reconocer que lo que estamos en la militancia tenemos muchísimas dificultades para contener los ánimos que con razón están bastantes caldeados. Sólo necesitamos que llueva y que la presidenta elimine las retenciones para que volvamos a producir, de lo contrario nos vamos a quedar sin campo”, concluye Nelvar Raffin, mientras mira al cielo por una nube que le traiga agua.