domingo, 30 de noviembre de 2014

Carolina Ponce de León: Un canto a la vida


Hace tres años atrás sufrió un ACV que le provocó una afasia aguda que la dejó fuera de los medios de comunicación. Pero con actitud y una fuerza de voluntad inquebrantable fue venciendo de a poco las secuelas de su enfermedad. Hoy conduce por canal 8 Buscando Justicia, uno de los programas más exitosos de la televisión tucumana.
Por CARLOS QUIROGA

Fotos: JORGE SEGOVIA

La Mascherano del periodismo


No es una periodista que pase desapercibida. Sus preguntas inquisidoras siempre molestan al poder. El último 9 de julio, Carolina Ponce de León, fue noticia nacional cuando la custodia del vicepresidente Amado Boudou le fracturó dos costillas y la mandó al hospital. Pero la madre de las batallas la libró hace 3 años atrás, cuando un ACV  le provocó una afasia aguda que la obligó a retirarse   por completo de los medios. Lejos de resignarse, con una voluntad inquebrantable, que le valió que Alfredo leuco la bautizara como la Mascherano del periodismo, fue venciendo de a poco las secuelas de su enfermedad y hoy conduce junto a Soledad Iriarte “Buscando Justicia”, uno de los programas más exitosos de la televisión tucumana: “Nunca pensé que  después de lo que me tocó pasar, la vida me regalaría esta oportunidad. Por eso cada día cuando me levantó no me cansó de darle gracias a Dios, porque vivir ya es un milagro para mí”.

Voluntad inquebrantable


Sin mucho pensarlo, acepta de buenas a primeras la entrevista con CIMA, porque según confiesa si ella pudo salir de su ACV, porque otros que pasan por situaciones similares no lo podrían hacer. Aunque reconoce que no le fue  fácil volver a la normalidad, porque según cuenta, al igual que un bebe debió aprender todo de nuevo, desde vestirse hasta volver hablar.”Me había olvidado por completo de algunas palabras y muchas veces cuando salía me perdía”. Pero ninguna de esas dificultades logró vencer su fuerza de voluntad inquebrantable y con actitud y la ayuda de los médicos, de sus amigos y la familia, comenzó una larga y dura  batalla para volver a ser la Carolina  Ponce de León que alguna vez fue: “A mí me desesperaba volver a ser la mujer independiente que siempre fui y entre los objetivos más inmediatos que tenía, estaba volver a manejar y regresar lo más ante posible a trabajar”.
Cansada de que sus hermanos hagan de chofer, un día decidió tomar el volante por su cuenta y descubrió que sus reflejos de conductora estaban intactos. Ese primer adelanto le sirvió como incentivo para volver a vivir sola a su departamento y comenzar a soñar con regresar al periodismo.  “Tuve que trabajar duro con dos fonoaudiólogas para superar en parte  la afasia aguda que padecía y luego me tocó convencer a las autoridades de Radio Universidad que yo no estaba para hacer tareas de escritorio, sino que estaba en condiciones de volver a la calle. Después de muchas discusiones,  aceptaron que regrese a mi puesto habitual de periodista acreditada en casa de gobierno. Ese día sentí que volvía a nacer, porque tome conciencia de todas las dificultades que había superado “
-¿Qué la  hizo vencer los miedos y  decir si puedo?
- Cuando estuve internada, hubo un día que cansada de todos los aparatos, sueros que tenía encima, me desconecte por completo como pidiendo que Dios me llevara. En ese momento tuve un reencuentro con mi mamá fallecida, que me ordenó que no baje los brazos y siga adelante, que mi momento no había llegado aún y que yo tenía todavía muchas cosas por hacer. Me resultó imposible no acatar su orden, porque si hubo alguien que honró la vida hasta el final fue mi mamá.
-¿A qué se refiere  Carolina?

-Mi mamá, padeció un cáncer terminal y a pesar de su enfermedad nunca se rindió y peleó hasta el final con total dignidad porque siempre nos inculcó que había que honrar la vida. A tal punto que el día de su velorio, cuando la sacábamos de la sala, como una manera de homenajearla  pusimos el tema musical Honrar la vida de  Eladia Blázquez

Buscando justicia



Muchos creían que cuando le vino el ACV, su carrera como periodística estaba terminada. Pero hoy  tres años después conduces un programa exitoso en televisión abierta.
-Tantas veces mataron, tantas veces me morí, pero sin embargo estoy aquí sobreviviendo. Sí, ni yo me imaginé que la vida me devolviera la posibilidad de conducir un programa en televisión abierta.
-¿Cómo llegó la posibilidad?
-La oportunidad de hacer Buscando Justicia, llegó de la mano de mis amigos  Soledad Iriarte y José Romero Silva. Su convocatoria para mí fue una caricia al alma y nunca se los voy a dejar de agradecer. No solo porque confiaron en mí, sino porque además me tienen mucha paciencia y siempre me están ayudando. Y por suerte nos ha ido bastante bien, a tal punto que el canal ya nos confirmó que para el año entrante vamos a seguir y que durante enero y febrero van a repetir los programas que hicimos durante el año.
-¿Qué día va Buscando Justicia y cuál es el objetivo?

-El programa va los jueves a la medianoche por canal ocho y aborda los principales casos policiales de Tucumán. La idea es poder contar en profundidad la historia de las víctimas, que muchas veces en la crónica de los diarios por una cuestión de espacio queda reducida.

La periodista


-¿Por qué elegiste ser periodista?
-Mi vocación periodística nació en la secundaria, cuando me tocó conducir un acto del 25 de mayo y para diferenciarlo de los actos aburridos que solíamos tener, decidí darle el formato de un informativo. Yo era la periodista que entrevistaba a los personajes de la época. Me gusto tanto, que no dude en inscribirme en la Universidad Católica de Salta, ya que por ese entonces la carrera no existía en Tucumán.
Una vez recibida, regresó al Jardín de la República, donde no tardó en convertirse en la cara de las noticias del informativo de CCC y luego de unos meses sabáticos, fue convocada por Radio Universidad para ser la periodista acreditada en casa de gobierno.
-¿Cuál fue la nota que más le gusto hacer?
- Al ex presidente Raúl Alfonsín, porque siendo apenas una adolescente me marcó a fuego con sus valores democráticos.
-Usted es una periodista inquisidora, que siempre pregunta lo que los políticos no quieren responder. ¿Por qué?
-Porque tengo la suerte de trabajar en Radio Universidad, que es un medio independiente que me da la posibilidad de trabajar con mucha libertad. Yo no me considero una periodista inquisidora, solo pregunto lo que la gente quiere saber. Sé, que a veces mis preguntas  molestan, pero siempre trato de formularlas con mucho respeto.
Este año, el periodismo para el 9 de julio le jugó una mala pasada, cuando la custodia del vicepresidente Boudou le fracturó dos costillas. ¿Cómo vivió esa situación?
-Sí, hasta ahora no puedo entender el porqué de la represión, porque yo solamente me queje de que estaban agrediendo a otro colega, cuando los custodios del vicepresidente procedieron a golpearme, sin tener presente que estabas atacando a una mujer. Lo más lamentable no fue que me hayan fracturado dos costillas, sino que como consecuencia de los golpes sufrí convulsiones, que podrían haber significado un retroceso en la recuperación de mi  ACV. Por suerte no pasó a mayores.
- Cómo debe ser el hombre capaz de conquistar su corazón?
-Lo único que yo busco es un compañero de vida, que todos los días me elija y yo a él. No soy complicada a la hora de realizar esa elección.
-¿Qué sueño le quedan por cumplir?

- Ninguno, yo todos los días me levanto y doy gracias a Dios  que sigo viva y parafraseando a Palito Ortega te podría decir que, a la vida no le pido tregua, porque yo tampoco se la di. Fui aprendiendo siempre a mi manera este oficio duro que es vivir. 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El niño que venció al autismo con su arte

Por CARLOS QUIROGA
Fotos: GUSTAVO DÍAZ SPOLITA 


Oren  Jair  Domfrocht tiene apenas once años, pero sus dibujos parecen sacados de una película de Disney. Ningún trazo ni  perspectiva delatan que detrás de este gran artista hay un chico autista. Solo aquellos que lo tratamos personalmente podemos corroborar  su enfermedad, que potenció  a pleno  su capacidad de dibujar, deslumbrando a cientos de tucumanos que concurrieron a la muestra  Luz de Mi Vida, que se expuso en la sala Ezequiel Linares del Ente Cultural hace un par de años atrás.  Pero nada de ello hubiera sido posible sin el  incondicional amor de sus padres y su hermana Iana (10), que con infinita paciencia fueron templando el carácter de este pequeño genio, quien durante años hizo de las paredes de su casa su tablero para dibujar.

Hasta el año y medio, Manuel Domfrocht y Gabriela Bobrow vieron crecer a Oren como un chico normal, pero un día la oscuridad de la noche comenzó a apagar la luz de su vida, cuando el pequeño dejó de prestarles atención  y de comer. Alarmada por la situación, su madre acudió de inmediato a la neuróloga Hilda Bibas Bonet, que no tardó en diagnosticar lo que ellos ya sospechaban: su hijo era autista.

Retroceder nunca,rendirse jamás


En lugar de resignarse, los Domfrocht decidieron estimularlo y, poco tiempo después de cumplir los dos años, Oren los sorprendió con el dibujo de una ballena, que guardan como una verdadera reliquia: “Deslumbrado por lo que había hecho, llevé el dibujo a la Facultad de Artes, pero nadie me quiso creer que había sido hecho por un chico de dos años, que además era autista”, confiesa Manuel.
Gabriela se emociona ante el recuerdo y cuenta que “después de ese dibujo, yo decidí que fuéramos a Mundo Marino para que conozca la ballena que había dibujado. Fue una experiencia única e irrepetible para él. Desde entonces, todos los años lo llevamos  a  zoológicos y lugares así, para que él pueda compartir con la naturaleza y los animales, que son su cable a tierra. Disfruta mucho viendo  Animal Planet y emociona ver cuánto  ama los animales”.

A partir de esa primera manifestación artística  las paredes del comedor dejaron de lucir impecables, para poblarse de dibujos de Oren hechos con crayón. Lejos de indignarse, sus padres lo estimularon para que siguiera dibujando, aunque  con  el tiempo lo convencieron de que trasladara esos trazos al papel. Hoy un naranja chillón en una pared del comedor contrasta con el beige del resto y a la hora de  dar una explicación, mamá Gaby es terminante:”Era el único color que nos permitía borrar las marcas de sus primeros dibujos”.

 

El escultor que no fue


Convencido de la habilidad innata de su hijo, Manuel invitó al dibujante Félix Bravo, fundador de la revista de historietas  Trix  para que viera la obra de su hijo: “Él se sorprendió aún más cuando pudo comprobar que no copiaba, sino que dibujaba de memoria y me recomendó que no le busque ningún profesor, sino que lo deje desarrollarse por sí solo”.

Con el tiempo, Oren fue desarrollando, paralelamente al dibujo, una habilidad especial por la escultura, primero con plastilina y luego con masilla. No tardó en dar formas perfectas a distintos animales como perros, gatos y elefantes. “No sé si era mejor escultor que dibujante. Pero no lo incentivamos, porque llegó una edad en que tiraba la masilla por la ventana y temíamos que pudiera lastimar a alguien”, admite su padre. 

La muestra


Manuel y Gabriela se emocionan hasta las lágrimas cuando recuerdan que  la primera palabra que pronunció su hijo a los cinco años fue hipocampo: “Para nosotros escucharla fue maravilloso, porque eso significaba que quería comunicarse. Pero no vamos a negar que la que ayudó y mucho para que eso sucediera, fue su hermana Iana, quien a través de las peleas fue obligándolo a hablar”.
“La idea de hacer la muestra surge a los siete años- recuerda Manuel- pero cuando fuimos al Centro Cultural Virla nos encontramos con una verdadera muralla, porque nos dijeron que él no tenía currículo para exponer, así que abandoné la idea  hasta que en el 2012, cua decidí insistir, en el Ente Cultural, donde apenas vieron sus dibujos nos dieron la aprobación para que la realizáramos.
-¿Por qué la muestra se llamó La Luz de Mi Vida?

- Porque traducido del hebrero al español Oren  Jair  significa eso. 

Paciencia Infinita



- ¿Qué significó para ustedes que Oren pueda exponer su obra?
- Una gran satisfacción, no solo como padres, sino también a nivel general, porque el haberle abierto las puertas a Oren  ha servido también para que la sociedad tucumana se dé cuenta de que los chicos autistas también pueden desarrollarse y, que al igual que el resto, merecen una oportunidad.
-Después de los logros obtenidos con Oren, ¿qué consejos le darías a los padres de otros chicos autistas?
         -Que les tengan una paciencia infinita y que, por sobre todas las cosas,  sean perseverantes en la estimulación, porque todos los chicos autistas tienen un don y la muestra de que ellos pueden desarrollarlo y potenciarlo es Oren. Nosotros somos los que estamos obligados a entenderlos, no ellos a nosotros.
- ¿Y qué expectativas te quedan con respecto a Oren?
- Que sea feliz y que su arte algún día pueda ser su forma de vida.