martes, 23 de agosto de 2011

CORPACHADA


La ceremonia empieza a las 12 con el son de erke, (una especie de toque de queda para los habitantes de la puna jujeña), luego Pichón Córdoba convoca a los integrantes de los Tekis: Mauro Coletti; Walter Sader; Sebastián López, José Luis Pucho Ponce; Oscar Valdez y Juanjo Pestoni para dar comienzo con la Corpachada. Cubiertos por un puyo de llama que simbolizan la unión del grupo, elevan con auténtica devoción sus oraciones y le encomiendan sus desvelos. La leyenda dice que cada mes de agosto, de hace incontables años, el caos y la muerte amenazan a la Pachamama. Después de 12 horas de lucha, al mediodía la tierra está a punto de ser vencida: el fuego amenaza quemarla y acabar con su fecundidad; el agua la acecha para inundarla y terminar con su consistencia: el aire quiere dispensarla y destruir su estabilidad. Pero Los Tekis han concurrido para salvarla y convencidos que lo lograran, alimentan la corpachada (el pozo que hace de altar ceremonial) con maíz, quinua, hojas de coca, cigarrillos y distintas bebidas alcohólicas para que recupere sus fuerzas. Y parece que lo han logrado, porque como por arte de magia, el silencio sepulcral del lugar toma ritmo de carnaval, al son de sus voces, guitarras, bombos y quenas. Mientras Walter Sader sahúmela con coa la guitarra y Mauro Coletti challa (riega) con vino sus quenas y sikus, para alejar la envidia y las malas ondas.

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