viernes, 8 de febrero de 2013

MISS ARGENTINA



La tucumana que deslumbra  por su exótica belleza se llama Camila Solórzano (23) y asegura que muchas veces la discriminaron por ser morocha. Sin embargo su color de piel y rasgos norteños fueron decisivos para que un prestigioso jurado  la eligiera  para representar a la Argentina en el concurso de Miss Universo realizado en Las Vegas  en diciembre pasado. Hoy los diseñadores top la quieren tener entre sus elegidas, aunque ella aclara: “Lo mío no son las producciones osadas, sino más bien la alta costura”.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: CARLOS VILLAGRA

“Todavía no puedo creer que soy Miss Argentina y que estuve entre las finalistas de Miss Universo - afirma Camila Solórzano, la morocha tucumana, que con su 23 años, cautivó  con su prestancia y elegancia  al exigente jurado que la eligió para que representará al país en el concurso más importante de belleza del planeta, que año a año  organiza Donald Trump  en Las Vegas- . A los 16 años me di cuenta que mi etapa como bailarina de danzas clásicas estaba cumplida, y gracias a mí tía, Claudia Ayusa, que me sugirió que empiece a hacer modelaje  llegué hasta aquí- cuenta orgullosa,  la flamante Miss Argentina. Aunque admite  que al principio no quería saber nada, por su extremada timidez.  Hoy en cambio se ilusiona con la posibilidad de ser una representante de la alta costura y goza  a pleno del reconocimiento de la gente, que la detiene  en la calle para pedirle una foto. 

SUEÑO CUMPLIDO



-¿Cuál es la fórmula para mantenerte siempre  hermosa?
-Mucha gimnasia, danzas clásicas cuando puedo y cuidarme fundamentalmente con las comidas.
-Y si te tuvieras que definir, ¿Qué es lo más lindo que tiene Camila?
-Mi forma de ser. Soy una persona abierta, que acepta y respeta como es cada uno sin ningún problema. Ahí está mi esencia y creo que es lo mejor que puedo dar.
- ¿Antes de haber sido elegida Miss Argentina, ya habías obtenido otros títulos ?
-Sí, cuando tenía 18 años fui elegida Miss Earth y represente a la Argentina en Filipinas. Fue una experiencia interesante, para ir abriéndome camino, porque a partir de ahí me di cuenta que podía hacer otras cosas además de desfilar y comencé a soñar con la posibilidad de representar a la Argentina en el concurso Miss Universo. 

VIDA DE REINA



-¿Qué  implica representar a la Argentina en un concurso de Miss de Universo?
- Una gran responsabilidad y  sacrificio a la vez , porque todo el tiempo hay que lucir espléndida, porque hay que dar entrevistas a la NBC, a Tele Mundo  y hacer fotos, aunque eso me encanta, la verdad que es agotador. Pero no voy a negar que durante los 17 días que duró el concurso me trataron como  una reina.
-¿Cómo es eso Camila?
-El trato que nos brindó la organización fue excelente. Teníamos una supervisora, que se encargaba de contenernos y   que no nos faltara  nada. A mí  me sorprendió por ejemplo el vestuario, teníamos cientos de vestidos y zapatos  para elegir sin necesidad de preocuparnos por el talle, ni el color, porque había para todos los gustos y medidas.
-¿Qué se evalúa para ser coronada Miss Universo?
- Todo, desde la puntualidad, hasta cómo te vestís y te maquillas. Durante el concurso, nosotros nos tenemos que maquillar y peinar solas.  Pero creo que la responsabilidad juega un rol fundamental, porque son innumerables los compromisos que hay que cumplir. Por eso uno de los requisitos es ser soltera y no tener hijos.
-¿A partir de haber sido elegido Miss Argentina, surgieron algunas propuestas laborales?
-Sí, muchos diseñadores de primer nivel me han invitado a desfilar, así que la idea es viajar a radicarme durante este año de reinado a Buenos Aires, para poder cumplir también con los compromisos que implica ser Miss Argentina, porque queremos que el concurso crezca y vuelva a tener el protagonismo que tuvo otros años.
-¿El ser Miss Argentina también implica llevar adelante una tarea solidaria?.
-Sí, entre los compromisos que asumí está colaborar con FUNDAMIND, una organización sin fines de lucro, que tiene como lema “No más chico con Sida “y tiene una guardería para hijos de portadores de HIV. Así que la idea es ver como los puedo ayudar para que lleven adelante su objetivo. 

CUANDO ESTOY EN BIKINI, ME SIENTO DESNUDA



-¿A quién admiras  dentro del mundo de la moda?
-A mí me gusta mucho el grupo de Dolores Barreiro, Lara Bernasconi y Nicole Neumann, que no son las chicas escuálidas que aparecen ahora, sino chicas con curvas, más reales con el prototipo de las mujeres argentinas. Y a nivel internacional me encanta Naomi Campbell, porque tiene una belleza diferente a la que normalmente  se ve en las pasarelas.

-De hecho vos sos bastante diferente a las chicas que se ven en las pasarelas.
-Sí, es cierto. Cuando me eligieron Miss Argentina muchos cuestionaron mi elección, porque decían que no era representativa de las mujeres argentinas, por mi color de piel, por mi color de pelo. Creo que me discriminaron, porque yo soy del norte y  morocha.
-¿Si te propusieran hacer fotos osadas lo aceptarías?
-No, no me siento cómoda en ese rol.  A veces  cuando estoy en bikini me siento desnuda, así que preferiría  trabajar más en lo que es la alta costura. 

TINELLI ES UNA LINDA VIDRIERA PARA MOSTRARME



-¿O sea que si Marcelo Tinelli te llama para bailando por un sueño, le decís que no?
-Mmm. Creo que lo pensaría, porque aunque yo no tenga el perfil para hacer  escándalos, ni mostrar la cola, puedo hacer un buen papel como bailarina, de hecho tengo varis años de danza clásica encima. Y no voy a negar que Tinelli es una muy buena vidriera para proyectarme a nivel nacional.
-¿Tu corazón tiene dueño?
-Sí, desde hace cinco años y  se llama Álvaro Rodrigo.
-¿Y cómo vive el dueño de tu corazón el hecho que hayas sido elegida Miss Argentina?-
-Le es difícil comprender que está de novio con una Miss Argentina, a la que los hombres miran y le piden una foto. Pero confío que pronto lo va a poder controlar y superar.
-¿Qué sueño te queda por  cumplir?
- Formar mi familia, porque me críe en una familia muy unida, aunque creo que por ahora ese proyecto va a tener que esperar porque estoy en la cúspide de mi carrera.