Pasaron dos décadas del atroz crimen, que conmovió a un país entero, pero para sus padres el tiempo en lugar de apaciguar el dolor lo acrecentó. Hoy sus asesinos recuperaron la libertad. Tula se recibió de abogado y Luque se divorció. Cómo recuerda Catamarca a la joven que terminó con la dinastía de los Saadi.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: JULIO PANTOJA y RUBEN SUAREZ
El tiempo pasa inexorablemente y aunque a muchos les parece que fue ayer, ya pasaron 20 años del atroz crimen de María Soledad. En la Catamarca que supo ser epicentro de marchas del silencio multitudinarias en reclamo de justicia, son pocos los que tienen presente el aniversario, quizás porque ya se acostumbraron a ver a los condenados, Luis Tula y Guillermo Luque caminar con parsimonia por las calles de la ciudad. El que estén libres ya no asombra a casi a nadie, a excepción claro, de Ada Morales (62), la madre de María Soledad que no olvida lo que sucedió con su hija: “Siempre como padres anhelamos que se los condene, pero siento que hay una deuda pendiente porque fue una condena a medias, yo como madre anhelaba perpetua para los dos”.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: JULIO PANTOJA y RUBEN SUAREZ
El tiempo pasa inexorablemente y aunque a muchos les parece que fue ayer, ya pasaron 20 años del atroz crimen de María Soledad. En la Catamarca que supo ser epicentro de marchas del silencio multitudinarias en reclamo de justicia, son pocos los que tienen presente el aniversario, quizás porque ya se acostumbraron a ver a los condenados, Luis Tula y Guillermo Luque caminar con parsimonia por las calles de la ciudad. El que estén libres ya no asombra a casi a nadie, a excepción claro, de Ada Morales (62), la madre de María Soledad que no olvida lo que sucedió con su hija: “Siempre como padres anhelamos que se los condene, pero siento que hay una deuda pendiente porque fue una condena a medias, yo como madre anhelaba perpetua para los dos”.