Entre mates y llantos de guaguas, 20 mujeres, de distintos barrios periféricos de Salta, se congregan en el centro focal Rigoberta Menchú, para participar de la reunión quincenal de la banca comunal, Esfuerzo de Mujer, donde Cristina Retamoza, es la encargada de velar que las socias no se retrasen en el pago de los créditos: “Acá los prestamos no son personales, sino comunitarios, por lo tanto todas somos responsables que devolvamos la plata en tiempo y forma a Pro Mujer. Nosotras mismas decidimos a quien se debe prestar, depurando a las que puedan ser malas clientas. Pero también somos solidarias ante alguna dificultad que pueda surgir, porque ninguna estamos exentas de algún día no poder pagar. Cuando vemos que algunas de nuestra socias no pueden cumplir, porque le fue mal en el negocio, o tuvo un problema de salud, organizamos rifas para auxiliarla, porque estamos convencida que la unión hace la fuerza”.
“Hoy el éxito de esa cultura solidaria está a la vista. La mora en los créditos es ínfima, apenas llega al 2%, cuando en lo bancos supera el 10 %”, afirma José Morales, presidente de la institución.
“Hoy el éxito de esa cultura solidaria está a la vista. La mora en los créditos es ínfima, apenas llega al 2%, cuando en lo bancos supera el 10 %”, afirma José Morales, presidente de la institución.
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