“Es muy difícil comprobar el delito de trata de
personas, porque ninguna de las chicas se anima a declarar que está en contra
de su voluntad, porque están amenazadas. El miedo a las feroces golpizas la
paraliza y a perder un ser querido también”, se lamenta el comisario Fernández
a la hora de evaluar las dificultades que tiene para apresar a los proxenetas.
“El sometimiento también fue otro de los elementos
que fue variando con el tiempo. Hoy muchos de los que se muestran incrédulos a
creer como actúan estas redes se preguntan: ¿Por qué las victimas que son explotadas
en los prostíbulos, que son lugares públicos
no se escapan?. Porque los tratantes no solo recurren a los golpes como
metodología de ablande, sino también a amenazarlas con lo que más quieren como
ser los hijos y los familiares. Por lo general muchas de estas chicas están
amenazadas con que van a aniquilar a sus familias si no se siguen sometiendo. A
veces la violencia psicológica, es peor que la violencia física”, puntualiza el
abogado Germán Díaz.
“Es común que muchas de estas víctimas tengan hijos
en cautiverio. Y es precisamente de donde se agarran los proxenetas para
seguirlas sometiendo: Si te escapas, matamos a tu hijo. Inclusive hay tratantes
que anotan a esos hijos como propios para tenerla sometidas siempre”.
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