domingo, 6 de septiembre de 2015

NEGOCIOS INMOBILIARIOS


A diferencia de Tula, Guillermo Luque (49), condenado a 21 años como coautor responsable por el crimen de María Soledad, nunca se recibió de abogado (al momento del hecho cursaba los estudios en Buenos Aires) y hoy con varios kilos menos, vive de los negocios inmobiliarios. Al menos eso se advierte en su página de Faceboock, donde algunos clientes lo consultan sobre el alquiler de propiedades. 
En  el 2011 perdió a su padre, Ángel (ex diputado nacional y mano derecha de ramón Sadi), que apostó en vano todo su poder político y patrimonial para que  sea declarado inocente. Aunque no lo reconozca públicamente está convencido que lo condenaron por ser el  hijo de, por eso cuando lo tentaron para que haga política su rechazo fue contundente: “No, yo no quiero que mis hijos, sufran lo que yo pasé. Pero por una cuestión  de convicción sigo siendo peronista”, afirma ante sus más íntimos. De aquella época majestuosa, solo queda en pie la  mansión que lo cobijo durante esos años, que según confiaron vecinos a GENTE ya no le pertenece más. Pero todavía se puede leer en la entrada el cartel de Puerta Hierro, que hace referencia a la  casa que usó Perón durante su exilio en España.
 Ya tampoco está su fiel abogado, Víctor Pintos. Con su muerte, Luque perdió también  la posibilidad de recurrir a un tribunal internacional para que revea la sentencia. Separado de  Florencia Alustiza, dedica su tiempo libre a compartir con sus hijos,  Tomás (18) y Jazmín (13).

Mientras Ada y Elías aseguran que nunca podrán mitigar el dolor que le provocaron los asesinos de  su hija: Todavía me cuesta entender como estoy de pie después de todo lo que me pasó. Daría mi vida, para volver a tener a Sole sentada en la cabecera de la mesa”

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