Después de dos horas de constantes invocaciones y ofrendas, la boca de la Pachamama está llena y dice basta. Ha llegado el momento de tapar el pozo. La Pachamama bebió, comió, fumó, mascó coca: tuvo lo mejor, de lo poco que tienen los habitantes de Laguna Blanca. “Que la Pachamama los alumbre para que lleguen bien a sus hogares”, sostiene el Kokena, mientras de a poco, los peregrinos se van dispersando y perdiendo con el sol tras los cerros nevados, convencidos que la Pacha escucho sus ruegos y que el próximo año será mejor.
jueves, 6 de agosto de 2009
CORPACHADA
Después de dos horas de constantes invocaciones y ofrendas, la boca de la Pachamama está llena y dice basta. Ha llegado el momento de tapar el pozo. La Pachamama bebió, comió, fumó, mascó coca: tuvo lo mejor, de lo poco que tienen los habitantes de Laguna Blanca. “Que la Pachamama los alumbre para que lleguen bien a sus hogares”, sostiene el Kokena, mientras de a poco, los peregrinos se van dispersando y perdiendo con el sol tras los cerros nevados, convencidos que la Pacha escucho sus ruegos y que el próximo año será mejor.
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