jueves, 6 de agosto de 2009

KOKENA



La leyenda dice que cada 31 de julio, de hace incontables años, el caos y la muerte amenazan a la Pachamama. Después de 12 horas de lucha, al mediodía del primer día de agosto, la tierra está a punto de ser vencida: el fuego amenaza quemarla y acabar con su fecundidad; el agua la acecha para inundarla y terminar con su consistencia: el aire quiere dispensarla y destruir su estabilidad. Por eso los lagunenses se congregan en masa y acuden en su ayuda. La alimentan y la consuelan para que recupere sus fuerzas y los proteja. La ceremonia se llama corpachada y tiene como principal animador al kokena, que baja del abra, junto a su llama para dar inicio con el ritual. En medio la plaza principal se cava un inmenso agujero, que minutos después se convertirá en un altar ceremonial, donde pobladores de Agua Calientes, Corral Blanco, Barranca Larga, los morteritos, Villa Vill, Belén, Londres, ofrendarán sus tributos: chicha, mazamorra, cordero, vino, coca , quinua y tabaco para que la Pachama no los haga pasar hambre y los proteja de las enfermedades.
“Yo siempre le encomiendo a ella mi salud, mi ganado, y mis trabajos. Ella nunca me falla. Pero eso sí para que la Pacha atienda mis suplicas es imprescindible tener fe y comunicarse con ella constantemente a través del rezo y los invite de comidas. Nunca le mezquino nada, siempre trato de tenerla llena y gracias a eso nunca me falta nada”, afirma Epifanía Rosa Salgado (50), que desde hace 7 años representa en el ritual a la Pachamama.
“Otra cláusula inviolable para honrar a la Pachamama, es respetar el medio ambiente y cuidar del ganado-advierte Jesús Gutiérrez, que durante la ceremonia personifica al Kokena, protector de los animales silvestres-. Durante muchos años la caza furtiva de vicuñas por los valioso de su lana (el kilo se cotiza a $2000) perturbo nuestra relación con la Pacha, pero afortunadamente desde el año 2003 el gobierno nos enseño a esquilarlas, para después liberarlas vivas y desde entonces la Pacha nos premia con abundante lana para tejer nuestros, puyos, ponchos y mantas. Hoy gracias a esa técnica la vicuña ya no es más un camélido en extinción en la zona y hoy podemos decir orgullosos que en la reserva de Laguna hay alrededor de 16 mil vicuñas”.

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