martes, 9 de marzo de 2010

COUNTRY VILLERO














Aunque la prueba de fuego de la organización llegó en el 2004 cuando en el ministerio de planificación nacional cansados de sus reclamos decidió otorgarle un cupo de 200 viviendas del plan de emergencia habitacional, pero con un requisito, si no las tenían lista para el 15 de diciembre que se olvidarán de ir a pedir más. “Trabajamos día y noche, porque sabíamos que de esa oportunidad dependía que el movimiento creciera y nuestro futuro mejorara. Y sin arquitectos, pero con la ayuda de maestros mayores de obras, albañiles erigimos las primeras casas”, recuerda Hugo Balderrama. A cinco años de esos inicios, el movimiento ya lleva construida 2.800 casas en toda la provincia. Y entre las obras sobresale el barrio de Alto Comedero, en las afueras de San Salvador, al que muchos jujeños llaman irónicamente el country villero. Aunque por los servicios que cuenta, no tiene nada que envidiar a un barrio cerrado. La inseguridad nunca fue un problema, porque según sostienen sus moradores todos se cuidan entre todos. No tienen necesidad de salir del barrio para acudir a un hospital, porque cuentan con un centro de salud de alta complejidad, que atiende de lunes a lunes las 24 horas del día. Además tienen un complejo deportivo, con pileta de natación, guardería y están próximos a inaugurar un parque acuático y un centro de rehabilitación para niños discapacitados.
A los visitantes que se acercan, llama la atención que en los taques de agua de las casas sobresalgan pinturas del Che Guevara, Evita .y el cacique Tupac Amaru, pero según cuenta Milagro, precisamente su obra está basada en los ideales de estos tres líderes.

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