
Los tres saben que para poder tener chances, no sólo hace falta ser un buen volante, sino que además necesitan estar lo suficientemente entrenados para poder dar batalla a las inclemencias climáticas y a las exigencias físicas que requiere participar en una competencia de semejante envergadura: “La idea es que, en carrera, no quebrantemos nuestro espíritu por el cansancio". Así que a diario se entregan a largas horas en el gimnasio donde no faltan las pesas, la cinta , la bici y el sauna: “Solo utilizaremos el aire acondicionado cuando estemos en carrera, porque por más calor que haga durante los tramos de enlace, encenderlo sería perder entre 8 y 10 de caballos de fuerza”
Con la obsesión propia de un adolescente con su primera novia, Miguel Reginato se abraza con fuerza a la Toyota Hilux , a la que bautizo con el nombre de su nieta Angie y acelera a fondo para cumplir el sueño de toda la vida, largar el Dakar desde la rampa del obelisco.
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