viernes, 27 de mayo de 2011

EL ESTECO, EL EDÉN DEL VINO




Sus vinos de alta gama, que desde hace ya varios años han conquistado los mercados internacionales más exigentes y su hotel cinco estrellas, donde bañarse en vino ha dejado de ser un privilegio exclusivo del dios Baco, convierten a la bodega en un lugar de ensueño para los desprevenidos turistas que visitan Cafayate.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: ANTONIO TITA
Corrección: Profesora PILAR CORTÉS

Ubicada estratégicamente en el corazón del Valle Calchaquí, entre el cordón nevado del Aconquija y el arenoso suelo cafayateño, la bodega El Esteco sorprende al turista a la vera de la ruta nacional 40 por su estilo colonial, invitándolo a conocer un lugar de ensueño, no sólo por lo majestuoso de su construcción, sino también por la excelencia de sus vinos de alta gama, que desde hace ya varios años han conquistado los mercados internacionales más exigentes. Para un desprevenido visitante ingresar a sus instalaciones puede ser un camino sin retorno, porque además de lo descrito, la bodega termina atrapándolo con su hotel cinco estrellas, donde bañarse en vino ha dejado de ser un privilegio exclusivo del dios Baco y se convierte en realidad en el primer wine spa de Argentina.
Hoy, con más de 400 hectáreas sembradas, en las que predominan las plantaciones de Cabernet Sauvignon, Malbec y Torrontés, El Esteco produce 4,5 millones de kilos de uva. La capacidad de vasija alcanza los 8,5 millones de litros. De los cuales 1,5 millones de litros se venden en el mercado interno y 2,5 millones se comercializa en Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Suiza, Dinamarca y Japón , mientras que el resto de la producción se guarda en barricas y tanques para añejarlos y procesarlos para los años siguientes: “El Esteco elabora únicamente vinos Premium para segmentos de alta gama, reconocidos internacionalmente por la prensa y en los principales concursos mundiales”, afirma el enólogo Alejandro Pepa, principal responsable de la producción. Esos vinos se caracterizan por tener una gran personalidad, que sobresalen por su color y aromas intensos y buena concentración de uvas. Hoy su portfolio está compuesto por las líneas: Elementos, Don David, Ciclos y su vino icono, Altimus”.

VINO ICONO



“Entre las metas que nos fijamos, cuando el grupo Peñaflor se hizo cargo de la bodega, estaba disminuir la cantidad de vino que producíamos, pero aumentar significativamente su calidad para sacar un vino que, por sobre todas las cosas, sea exclusivo de la bodega y así surgió la idea de hacer el vino Altimus. Con una libertad inusual desde la gerencia de la empresa, nos propusieron a los etnólogos y a los ingenieros, que elaboráramos el vino que a nosotros nos gustaría tomar, sin medirnos en gastos. El único límite que nos habían fijado era que solamente podíamos producir cinco mil litros en una bodega que hacía 5 millones de litro de vinos anuales. De hecho, ni lerdos ni perezosos aceptamos el desafío y pusimos lo mejor de nosotros para cumplir, como quien dice, con el sueño de pibe”, afirma Pepa.
“Luego de evaluar cuidadosamente las posibilidades de prueba y error, decidimos que el Altimus iba a ser una mezcla de varietales, compuesto por las mejores variedades de cada año. En el año 2000 fueron dos variedades Malbec y Cabernet, y en el Altimus del 2006, que es el que está actualmente en el mercado, mezclamos cuatro variedades: Malbec, Cabernet Sauvignon, Bonarda y Tannat . Hoy, para la cosecha 2010, tenemos previsto elaborar 20 mil litros de Altimus. Se ve que el vino no fue tan malo- bromea Alejandro Pepa- por lo que nos ampliaron el margen-. La mitad de lo que lo que producimos lo exportamos y el resto queda en la Argentina. Hoy una botella cuesta en el mercado alrededor de $200 y solo se consigue en vinotecas y algunos restaurantes de hoteles cinco estrellas”.

TIERRA PRIVILEGIADA



Alejandro Nesman, ingeniero agrónomo, responsable de los viñedos, sostiene que el clima dual que tiene Cafayate, ubicado estratégicamente entre la cadena montañosa de la sierra del Cajón y las yungas tucumanas, a 1.700 metros sobre el nivel del mar, juega un rol primordial a la hora de elaborar un buen vino. La amplitud térmica que hay entre el día, cuando la temperatura llega a los 40 grados, y la noche, en que desciende hasta 15 grados, le gusta mucho a la uva durante la etapa de maduración, porque le permiten que se fije mejor la coloración y los compuestos aromáticos, dándole al vino más cuerpo y mejor sabor. Esa es la particularidad que hace únicos y muy demandados a los vinos de Cafayate”.
“Otro factor primordial que sobresale en la excelencia de nuestros vinos es el trabajo casi artesanal que ponemos en funcionamiento a la hora de cosechar- explica Nesman-. La Vendimia se distingue por una cosecha muy cuidada, es un proceso más lento, se eligen los horarios de temperaturas más frescas y para el transporte se utilizan tachos o bins, no camiones. La diferencia con la vendimia de otros tipos de vinos de menor calidad es que la cosecha es completamente manual y con gente de la zona que conoce el producto. Además, El Esteco tiene la particularidad de ser una bodega State, es decir, la distancia entre los viñedos y la bodega no supera los 15 minutos. Esto significa que las uvas se mantienen intactas desde su recolección y llegan con todas sus potencialidades en óptimo estado”.

PIONERA



El Esteco nació en 1892 cuando los hermanos David y Salvador Michel – de origen vasco-francés - plantaron las primeras viñas en el lugar, atraídos por las condiciones únicas del terreno en el Valle de Cafayate. La Bodega adquirió su nombre en honor a la “Leyenda de El Esteco”. Según este relato, El Esteco fue una ciudad opulenta en el norte de Argentina que en 1692 quedó sepultada por un terremoto. Luego de los intentos de recuperar los tesoros de la ciudad, se comprendió que la verdadera riqueza provenía de sus suelos: sus cepas únicas, fecundadas en un terruño privilegiado, eran su verdadero tesoro.
La Bodega se destacó a través del tiempo por su carácter pionero y en la actualidad pertenece al grupo Peñaflor, uno de los principales exportadores de vinos a nivel mundial, dueño de las bodegas Trapiche, Santa Ana, Finca Las Moras, y Andean Viñas.

HOTEL CINCO ESTRELLAS



A la par de la bodega y como si fuera una prolongación de la misma, manteniendo el estilo colonial que la caracteriza, el hotel Patios de Cafayate de la prestigiosa cadena hotelera Starwood atrapa al visitante con una variedad de paisajes donde el verde de las viñas floreciendo predomina y se fusiona en admirable armonía con el cordón de montañas de la Cordillera de los Andes. Arroyos, de aguas cristalinas y el canto de los pájaros, conforman el marco ideal para lograr el reposo y la tranquilidad necesarios para un buen descanso. La mayoría de las habitaciones y suites se encuentran en los edificios originales, los que fueron cuidadosamente restaurados por completo y adaptados a las necesidades del viajero moderno. Cada habitación está exclusivamente decorada con muebles antiguos y alfombras artesanales.
“El hotel tiene un concepto de casa más que de hotel, porque queremos que el visitante se sienta a gusto- afirma Alejandro Romero, gerente del hotel-. De hecho es un hotel temático y entre los programas que ofrecemos sobresale la vendimia de lujo, donde el huésped participa activamente de la cosecha. Inclusive hasta tiene la posibilidad de elaborar su propio vino. Para ello es necesario que el turista venga cuatro veces al año y al final de la vendimia elabora sus propios cortes y se termina llevando cincuenta cajas de vinos, a las que nosotros le personalizamos la etiqueta con el nombre que le quiera poner. No es un programa masivo, pero es un alternativa interesante para aquel turista que quiera profundizar en la elaboración del vino”.

WINE SPA



Si hasta hace poco estaba convencido que bañarse en vino era un privilegio reservado exclusivamente al dios Baco o el sueño de un borracho empedernido, se equivoca, porque gracias a la revaloración de antiguos ritos, se sabe que el vino es un inmejorable promotor del relax corporal, un estimulante de la salud y del rejuvenecimiento de la piel, con el consiguiente efecto sobre la calidad de vida. Siguiendo esa línea, el hotel Patios de Cafayate erigió el primer wine spa de la Argentina, donde zambullirse en un tonel burbujeante de Cabernet Sauvignon o de Torrontés ya es una realidad.
“En el wine spa buscamos combinar el placer de la uva en todos sus sentidos. Su riqueza en polifenoles combate el envejecimiento prematuro de la piel, dejándola tersa, joven y elástica, a la vez que el vino envuelve con su magia todos los sentidos. Bienvenidos al lugar que le devuelve la vida en vino- exclama sin exagerar, Alejandro Romero, gerente del hotel, a la hora de presentar el exclusivo spa-. “La idea fue rescatar la vino terapia practicada dese la edad media, cuando se mezclaba el vino con hierbas medicinales buscando efectos curativos a distintas enfermedades”, concluye Romero.