A la par de la bodega y como si fuera una prolongación de la misma, manteniendo el estilo colonial que la caracteriza, el hotel Patios de Cafayate de la prestigiosa cadena hotelera Starwood atrapa al visitante con una variedad de paisajes donde el verde de las viñas floreciendo predomina y se fusiona en admirable armonía con el cordón de montañas de la Cordillera de los Andes. Arroyos, de aguas cristalinas y el canto de los pájaros, conforman el marco ideal para lograr el reposo y la tranquilidad necesarios para un buen descanso. La mayoría de las habitaciones y suites se encuentran en los edificios originales, los que fueron cuidadosamente restaurados por completo y adaptados a las necesidades del viajero moderno. Cada habitación está exclusivamente decorada con muebles antiguos y alfombras artesanales.
“El hotel tiene un concepto de casa más que de hotel, porque queremos que el visitante se sienta a gusto- afirma Alejandro Romero, gerente del hotel-. De hecho es un hotel temático y entre los programas que ofrecemos sobresale la vendimia de lujo, donde el huésped participa activamente de la cosecha. Inclusive hasta tiene la posibilidad de elaborar su propio vino. Para ello es necesario que el turista venga cuatro veces al año y al final de la vendimia elabora sus propios cortes y se termina llevando cincuenta cajas de vinos, a las que nosotros le personalizamos la etiqueta con el nombre que le quiera poner. No es un programa masivo, pero es un alternativa interesante para aquel turista que quiera profundizar en la elaboración del vino”.
“El hotel tiene un concepto de casa más que de hotel, porque queremos que el visitante se sienta a gusto- afirma Alejandro Romero, gerente del hotel-. De hecho es un hotel temático y entre los programas que ofrecemos sobresale la vendimia de lujo, donde el huésped participa activamente de la cosecha. Inclusive hasta tiene la posibilidad de elaborar su propio vino. Para ello es necesario que el turista venga cuatro veces al año y al final de la vendimia elabora sus propios cortes y se termina llevando cincuenta cajas de vinos, a las que nosotros le personalizamos la etiqueta con el nombre que le quiera poner. No es un programa masivo, pero es un alternativa interesante para aquel turista que quiera profundizar en la elaboración del vino”.
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