martes, 14 de febrero de 2012

HABLA POR PRIMERA VEZ LA HIJA DE MARITA VERÓN


Micaela tenía apenas 3 años cuando secuestraron a su madre. Hoy, sigue como un adulto el histórico juicio. Y su esperanza es que algunos de los imputados se quiebre y confiese dónde está: “Mamá, te necesito”, afirma, mientras se aferra a la posibilidad de un reencuentro soñado.

Por CARLOS QUIROGA
Fotos: FERNANDO FONT y CARLOS VILLAGRA

Las amenazas, los insultos, las humillaciones y las presiones de los poderosos no fueron impedimento para que Susana del Valle Trimarco, enfrentara la trata de blancas y que 9 años después del secuestro de su hija María de los Ángeles Verón, lograra sentar en el banquillo de los acusados a trece de los sospechosos de haberla esclavizado sexualmente. Soportó con estoicismo la pérdida de su esposo, Daniel Verón y, pese a la infinidad de obstáculos que se le presentaron en el camino, jamás bajó los brazos en su reclamo por justicia. Hoy los proxenetas tiemblan al escuchar su nombre, pero ninguno de sus logros hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de su nieta Micaela, que desde el mismo momento de la desaparición, con su llanto por su mamá, le dio las fuerzas necesarias para que siguiera adelante: “Ella es el sol que alumbró mi vida en todos estos años de oscuridad”, sostiene, mientras Sol Micaela Catalán Verón, reacia a dar entrevistas, acepta por primera vez en su corta vida dar su primera nota y hablar a corazón abierto de su mamá.
-¿Qué expectativa tienen con respecto al juicio?
Micaela- Que se haga justicia de una vez por todas para que se acabe el calvario que vengo viviendo con mi abuela.
Susana- Me ha costado mucho llegar al juicio oral, porque me han puesto muchas piedras en el camino, pero yo estoy segura de que nada de lo que hicimos fue en vano, porque los que hoy están sentados en el banquillo son los responsables de la desaparición de mi hija y todavía faltan 12 más.
Micaela (se emociona hasta las lágrimas y se quiebra por primera vez)- Pero ¿sabe una cosa? El juicio también significa esperanza, porque yo no pierdo la fe en que alguno de los que secuestraron a mi mamá me diga de una buena vez en dónde está.
-Micaela, en un primer momento solicitaste al tribunal que querías participar del juicio. ¿Qué te motivó a tomar esa decisión?-Porque quería escuchar el testimonio de los testigos, para saber de una buena vez qué ha pasado con mi mamá. Pero la defensora de menores me sugirió que no participe, porque temía que los acusados digan cualquier barbaridad que me pueda dañar. Así que acepté su consejo y hoy solo he seguido por televisión parte de la acusación.

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