-Y
que batacazo. Se convirtió en un atleta consagrado.
-Sí, Yo gracias al deporte salí de los cañaverales y
recorrí el mundo. Porque a partir de esa primera carrera, como atleta tuve la
suerte de competir en los circuitos internacionales más importantes como New
York, san Sylvestre y París. Y de un día para otro pase de andar en Sulky en
Simoca (capital nacional del Sulky) a
andar en tren bala en Japón.
-¿Qué
desafío le queda por cumplir?
--Ahora en febrero tengo el desafío de volver al
circuito profesional en una maratón que se corre en equipo, desde la Serena en
Chile hasta San Juan. Del equipo tucumano van a participar 12 tucumanos y cada
uno tiene que correr 42 kilómetros. Pero a decir verdad, ya no me quedan sueños
por cumplir, ganarle la batalla a la leucemia fue mi mayor triunfo.
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