Al igual que el año pasado en la casa del barrio de
Güemes, en la localidad de Fontana, brotan las
lágrimas, pero está vez de alegría. Familiares, amigos y vecinos se congregan
alrededor de la mesa para celebrar y agradecer a Dios por el milagro y también
para pedir por su mejoría. Entre los presentes sobresale la figura del doctor
Sebastián Morínigo, que según Analía se ha convertido en el ángel
guardián de su hija, porque siempre está pendiente de lo que le pasa:”A fuerza
de ser sincero debo reconocer que los logros obtenidos por Luz Milagros
superaron por lejos mis expectativas. De los 860 gramos que pesaba cuando nació
hoy está en 5,600 kg y los resultados de los últimos electroencefalogramas nos esperanzan a pensar que los daños
neurológicos no son tan graves como pensábamos. A diferencia de los primeros
que se hicieron, que eran todos
lineales, ahora son irregulares, lo que indica que hay actividad
cerebral”, afirma optimista el doctor.
Sus cuatro hermanos:
Santiago (13), Micaela (10), Camila (9) y Ramiro (6), también cuentan
entusiasmados sobre los logros conseguidos por la benjamina de la familia:
“Ahora, cuando le hablamos, ella levanta la cabecita y nos mira para que la
hagamos jugar. Antes, en cambio, por más morisquetas que le hiciéramos, era
incapaz de seguirnos con su mirada. Ahora inclusive se mantiene un largo tiempo
sentada, así que estamos seguros que se
va a curar”.
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