sábado, 17 de enero de 2015

ROBIN HOOD



Lejos de las excentricidades que uno podría imaginar para el príncipe de uno de los países más ricos del mundo por sus  recursos energéticos, Nasser Al Attiyah prefiere dejar de lado las comodidades de un hotel cinco estrellas y elige permanecer en el campamento del vivac, para firmar autógrafos y seguir de cerca la tarea de sus mecánicos.
Muchos se sorprenden al verlo comer asado sin cubiertos y jugar al metegol como si fuera un chico más y quedan azorados cuando al mejor estilo Robin Hood  toma el arco y clava su flecha justo en el centro. “No es para menos, hay que tener presente que en los últimos juegos olímpicos de Londres  se alzó con la medalla de bronce en tiro al plato”- dice uno de sus asistentes, mientras los privilegiados testigos de la hazaña aplauden enfervorizados.
Nacido el 21 de diciembre de 1970 en Doha, capital del Emirato de Qatar, en el mismo año en que su tío Khalifa se convertía en emir. Nasser comenzó a desarrollar desde muy temprano sus habilidades automovilísticas. A fines del 80 debutó en los rally, pero debió interrumpir su pasión, porque según cuenta la leyenda el presidente de la Federación Automovilística pertenecía a una familia rival de los  Al-Attiyah y prefería apoyar a otros pilotos.

Entre sus logros automovilísticos sobresale el haber ganado el Rally Mundial en el 20006 en la categoría producción y haberse alzado con el Dakar 2011 piloteando  un Volkswagen. Este año repitió la hazaña  navegando un mini y se convirtió en el séptimo piloto en ganar dos veces un Dakar. 

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