Entre los miles de hechos que le tocaron cubrir durante su
medio siglo como reportero gráfico, Rubén Suárez sostiene que entre sus mayores satisfacciones está haber fotografiado a Diego Maradona y a Juan Pablo II durante su
histórica visita a Tucumán y lo invade cierta tristeza cuando recuerda una
sesión de fotos que le hizo a Luis
Miguel siendo un niño: “Ese día sentí mucha pena por él, porque su imagen
reflejaba a un chico que estaba siendo explotado”.
-También te tocó ser
protagonista privilegiado del paso de la fotografía papel a la digital. ¿Cómo
viviste esa etapa?
-Para mí fue una etapa increíble; no podía entender cómo en
una misma cámara sin cambiar de rollo podía tener distintos tipos de
sensibilidades de películas. Ya no había excusa para no tener la foto.
-¿Es más fácil ser
reportero gráfico ahora que antes?
-Sí, a los nuevos reporteros gráficos con la cámara digital se le apareció
Jesucristo con todos los apóstoles a la vuelta. Hoy ya no se tienen preocupar
tanto por la parte técnica, las máquinas
vienen programadas y pueden disparar ilimitadamente sin pensar que se les puede
acabar el rollo. Yo cuando fui a hacer
el crimen de los Gardelitos, tenía solo siete disparos era como cazar palomas con rifle aire comprimido; ahora
ellos en cambio cazan palomas con una
ametralladora.
-El Premio “Jardín de la República”
que te otorgó el Círculo de Periodistas Deportivos y la Legislatura fue un
reconocimiento a ese trabajo. ¿Qué sentiste ante esta distinción?
-Una caricia al alma que me da fuerzas para seguir haciendo
lo que me gusta.
-¿O sea que no está
en tus planes retirarte?
-No, porque el día que me retire va
ser como poner una flor en un vaso con ácido sulfúrico, así que voy a seguir
haciendo fotos hasta el día que me muera.
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