Se inició como
reportero gráfico en la década del 70 cubriendo El Tucumanazo; a mediados de los 90,
fue uno de los que inmortalizo al Malevo
Ferreyra saliendo de tribunales con una granada en la mano; y ahora ilustra las
páginas de la revista CIMA. En reconocimiento a su destacada trayectoria, el Círculo de
Periodistas Deportivos y la Legislatura lo distinguieron con el premio “Jardín
de la República”.
Empezó a los 14 años copiando
fotos blanco y negro en el laboratorio de su
padrastro, Wenceslao Saldaño, porque según cuenta era muy
introvertido para iniciarse como fotógrafo. Pero cuando se animó a empuñar la cámara por primera vez sintió que
un aura especial lo protegía y no dudo en jugarse la vida durante “el Tucumanazo “para cubrir para el diario
El Pueblo los enfrentamientos entre la policía y los estudiantes. Luego ya como
jefe de fotografía de La Gaceta volvió hacer gala de ese coraje cuando
inmortalizó al Malevo Ferreyra fugándose con una granada en la mano en la puerta de tribunales. Hoy después de haber
sobrevivido a una operación al corazón y en vísperas de cumplir 70 años, sigue
ejerciendo la profesión con la misma pasión de sus comienzos, aunque ahora lo
hace retratando personajes más tranquilos para las páginas de la revista CIMA.
Esta vez al “Gringo”, como lo llamamos sus amigos, le toca
estar del otro lado del mostrador y sudar la gota gorda bajo un sol abrasador,
mientras posa como un obediente modelo para el lente de su colega, Jorge
Segovia, que lo desafía a que trepe la
explanada de la Casa de Gobierno para repetir una toma que le hicieron en la década de los 70.
Mientras lo hace, varios transeúntes e incluso uno de los policías que
custodian el palacio gubernamental se
acercan a saludarlo. Él sonríe amablemente y cuenta que ningún personaje
tucumano salió ileso de sus flashazos. A
la vez que reconoce que más allá de sus
cualidades, llegó donde llegó porque tuvo la suerte de trabajar con grandes periodistas como Ricardo kirschbaum (Secretario General de Redacción de Clarín) y
Harry García Hamilton (ex director de La Gaceta); y formarse a la par de
Antonio y Edmundo Font. “Le robe una
cualidad a cada uno y así fui creando
mi propio estilo”.
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