lunes, 5 de abril de 2010

ECONOMIA DE SUBSISTENCIA

Terminada la esquila, el 80 % de la fibra obtenida se destina a la cooperativa mesa local de Laguna Blanca y el 20 % restante queda en manos del Estado provincial, que la distribuye entre los artesanos para evitar así la compra de fibra ilegal; “Gracias al chaku puede volver a tejer con lana de vicuña- sostiene emocionada doña Antonia Litián- Antes era muy difícil conseguirla porque estaba prohibido”. Y según cuenta la leyenda la única manera de tejer era a la luz de la luna, para evitar ser apresadas porque se trataba de fibra ilegal.
Raúl Gutiérrez, presidente de la cooperativa mira entusiasmado los bolsones negros con la lana obtenida, que en los próximos días serán distribuidos entre los artesanos de acuerdo a la prenda que quieran tejer: “Para evitar que la lana entre un circulo ocioso, le exigimos al tejedor que nos rinda cuenta periódicamente de lo que está haciendo para ir suministrándole más material. Lamentablemente la producción prendas no está sistematizada ya que la mayoría de los artesanos además de tejer se dedican a la cría de ganado para poder sobrevivir. Una vez que tengamos garantizado el mercado, que es muy variable y depende fundamentalmente del movimiento de turistas extranjeros, vamos a organizarnos para producir con más continuidad. Aunque por suerte ahora el mercado de la fibra de vicuña se amplio porque han aparecidos empresas privadas interesadas en comprarla”

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