Hoy el principal desafió de los habitantes de Laguna Blanca, que gracias al Chaku convirtieron el lugar en el reservorio de vicuñas más grande de Sudamérica- 16 mil ejemplares pastean sus cerros- pasa por que las nuevas generaciones se inicien en el arte de tejer para evitar que pronto empiecen a meigrar, por eso se entusiasman ante la posibilidad que el diseñador Martín Churba les enseñe a modernizar sus rústicos tejidos: “De hecho mercado hay, de Holanda y Alemania nos están pidiendo prendas-afirma la Secretaria de Turismo, Catalina Krapp- pero por ahora nuestro cuello de botella es la comercialización, porque el artesano sigue haciendo las prendas como lo aprendió de sus antepasados y eso no es precisamente lo que nos está pidiendo el mercado. que paga por un chal de vicuña $8.000. Pero confío que pronto lo vamos a lograr “.
Nadie en Laguna Blanca duda que así sea, mientras contemplan como la última vicuña esquilada vuelve a su hábitat natural. “Ahora vamos por más y apuntamos que para el próximo año podamos hacer más capturas, porque nosotros cumplimos con la Pachama cuidando las vicuñas, es hora que ella nos recompense con más lana, para que nuestra vida sea un poco mejor, en este lugar inhóspito por su puna y sus fríos, que pocos se animan a habitar”, concluye Raúl Gutiérrez, presidente de la cooperativa.
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