lunes, 10 de diciembre de 2012

CASO MARITA VERÓN



 “Mi sufrimiento sirvió para rescatar a otras víctimas de la esclavitud sexual”
A horas  del histórico fallo por el secuestro de Marita Verón, su hija, Sol Micaela Verón y su abuela, Susana Trimarco (58) esperan una sentencia ejemplificadora. En un conmovedor reportaje, cuentan sus sufrimientos y desvelos y se abrazan a la esperanza de un reencuentro.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: CARLOS VILLAGRA/ Revista GENTE

Tenía apenas  tres años cuando una mañana otoñal de abril del 2002 una red de trata le arrebató a su mamá para someterla a los más crueles tormentos y explotarla sexualmente. A partir de entonces su corta vida dio un giro drástico. De la noche a la mañana  pasó de ser acunada por Marita Verón  a recorrer los pasillos de tribunales en los brazos de sus abuelos, que por entonces comenzaban una lucha quijotesca contra las mafias para devolverle a su madre. Pero lejos de enojarse con Dios por lo que había pasado, supo aceptar en su cabecita de niña-adolescente  que su sufrimiento no  había sido en vano porque  sirvió para rescatar del infierno  a muchas jóvenes que al igual que su madre eran víctimas  de la esclavitud sexual. Y hoy diez años después, se ha convertido con su spot “Yo le digo No a la trata” en una abandera de la causa y en el principal sostén de su abuela, Susana Trimarco, una mujer  a la que se le secaron las lagrimas, pero cuando habla de su nieta se emociona al borde del quebranto.
En víspera de su cumpleaños número 14 y a días de la sentencia, donde son juzgados los 13 imputados acusados de secuestrar y explotar sexualmente a su mamá, Sol Micaela Catalán Verón, nos abre las puertas de su casa y de su corazón para contarnos que espera del tribunal que según dice puede darle con su fallo un tiro  de gracia a la trata. Acompañada de su abuela, Susana Trimarco (58) se presta a un diálogo conmovedor con GENTE, donde sorprende por su capacidad de reflexión.

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