El conflicto tantas veces anunciado ya se instaló en Argentina. Los nervios exasperados de los vecinos de Salsipuedes por la prolongada sequía obligaron al intendente de la localidad cordobesa a custodiar los camiones repartidores de agua con la policía. El dramático testimonio de los que viven sin agua. Y el pronóstico sombrío de un futuro desértico, que amenaza con alterar la paz social.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: JORGE SEGOVIA
“El cuarenta por ciento de la población está ya sin agua y si no llueve con intensidad en los próximos días corremos el riesgo que la paz social se altere”. La confesión que parece sacada de una película de ciencia ficción, la hizo. Sergio Cornejo, intendente de Salsipuedes, que alarmado por los nervios exasperados de los vecinos que gobierna debió recurrir a la policía para que custodie los camiones repartidores de agua.
El mal humor de los 12 mil habitantes que habitan la localidad serrana, ubicada a 36 kilómetros al norte de la capital cordobesa, es consecuencia de la prolongada sequía que en menos de siete meses ha secado seis de los treces pozos que tiene el municipio para el aprovisionamiento de agua, hoy solo quedan seis en funcionamiento y si las precipitaciones no se suceden en menos de siete días corren el riesgo de quedarse definitivamente sin una gota de agua. “El camino por recorrer de aquí en más es bastante estrecho- se sincera el intendente que asegura estar librando una batalla contra reloj- hoy la única opción que avizoro es trasladar agua de pueblos vecinos, pero hasta en eso estamos limitados por los pocos camiones cisternas que tenemos. Y para colmo de males los pueblos aledaños que nos podrían ayudar también se están quedando sin agua. De hecho ya estamos trayendo agua del dique La Quebrada y comprando bidones de agua, que repartimos entre las familias más vulnerables económicamente a los efectos de prevenir enfermedades que se puedan suceder, como la hepatitis. De proseguir la sequía, hemos contemplado la posibilidad de poner puntos estratégicos en la ciudad donde la gente pueda acudir a cargar en forma limitada agua”.
Por CARLOS QUIROGA
Fotos: JORGE SEGOVIA
“El cuarenta por ciento de la población está ya sin agua y si no llueve con intensidad en los próximos días corremos el riesgo que la paz social se altere”. La confesión que parece sacada de una película de ciencia ficción, la hizo. Sergio Cornejo, intendente de Salsipuedes, que alarmado por los nervios exasperados de los vecinos que gobierna debió recurrir a la policía para que custodie los camiones repartidores de agua.
El mal humor de los 12 mil habitantes que habitan la localidad serrana, ubicada a 36 kilómetros al norte de la capital cordobesa, es consecuencia de la prolongada sequía que en menos de siete meses ha secado seis de los treces pozos que tiene el municipio para el aprovisionamiento de agua, hoy solo quedan seis en funcionamiento y si las precipitaciones no se suceden en menos de siete días corren el riesgo de quedarse definitivamente sin una gota de agua. “El camino por recorrer de aquí en más es bastante estrecho- se sincera el intendente que asegura estar librando una batalla contra reloj- hoy la única opción que avizoro es trasladar agua de pueblos vecinos, pero hasta en eso estamos limitados por los pocos camiones cisternas que tenemos. Y para colmo de males los pueblos aledaños que nos podrían ayudar también se están quedando sin agua. De hecho ya estamos trayendo agua del dique La Quebrada y comprando bidones de agua, que repartimos entre las familias más vulnerables económicamente a los efectos de prevenir enfermedades que se puedan suceder, como la hepatitis. De proseguir la sequía, hemos contemplado la posibilidad de poner puntos estratégicos en la ciudad donde la gente pueda acudir a cargar en forma limitada agua”.
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